Aunque las canas no pueblen mis sienes os puedo asegurar que he vivido y sufrido Madrid intensamente...es mi ciudad.

Es una ciudad de contrastes, cada vez más invivible... te quita muchas cosas, tiempo, paciencia... y te da otras cuantas. Muchas veces me siento sólo entre un millar de personas, y me escurro por las calles del centro, por la Gran Vía... y me pongo a mirar sus increibles edificios. Otras veces por mi barrio, imagino que el viento que me sacude el pelo es la brisa del mar, y que más allá del pequeño descampado que hay frente a mi casa, y que apunta al horizonte, en lugar de matar el silencio un metro hay un inmenso mar...

Aunque cuando estoy con mi gente parezco muy sociable de vez en cuando necesito mi tiempo para paladear lo que me da mi ciudad, y en ocasiones sentirme como en la canción...

"Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden". Sabina